Era un caso claro del síndrome de acaparamiento compulsivo, pues la ventana se empecinaba en almacenar cada cosa que se reflejaba en ella.
Era un caso claro del síndrome de acaparamiento compulsivo, pues la ventana se empecinaba en almacenar cada cosa que se reflejaba en ella.
🙂
Me gustaMe gusta
¿Y acabó rompiéndose en mil pedazos a causa de la presión excesiva? 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Bravo!
Me gustaMe gusta