Había tres cosas que le molestaban más que nada en el mundo, a saber: los espíritus que abrían las puertas y nunca entraban; los trasgos que escondían las cosas aprovechando que no estaba en casa; y los duendes nocturnos que enfriaban las sábanas.
Había tres cosas que le molestaban más que nada en el mundo, a saber: los espíritus que abrían las puertas y nunca entraban; los trasgos que escondían las cosas aprovechando que no estaba en casa; y los duendes nocturnos que enfriaban las sábanas.
Me encanta la magia de tus microrrelatos. Te felicito
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Gracias. Espero que la sigas encontrando
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En verdad muy molesto 😉
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