Del tic-tac y las llaves

 

—¡Me voy!

—Pues muy bien.

—¿Qué te pasa?

—Nada. Estoy leyendo, Carlos. Vete.

—Está bien. Pórtate como es debido y no molestes a mamá, que está trabajando en el despacho. Yo vuelvo pronto.

—Que sí, pesado. — Bárbara sonríe.

—¡Mamá!— grita Carlos desde el recibidor— ¿Dónde están las llaves de mi moto?

—En el cuenco. ¿Dónde van a estar?

Se oye ruido abajo, pero Bárbara no se distrae, sigue leyendo, subrayando con el dedo cada palabra.

—Babe, ¿has cogido tú las llaves? — Su hermano asoma la cabeza.

—¿Yo? No.

—¿Seguro?

—A lo mejor. Mira, aquí el cocodrilo se come el brazo del Capitán Garfio, por eso la barriga le hace tic-tac y sabes cuándo viene.

—Las llaves, Bárbara. ¿Dónde las has metido?

—Podrías ponerles un tic-tac. Así no las perderías.

—Tengo prisa. Dámelas. No puedes hacer esto siempre que salgo con Mónica.

—Para Reyes voy a pedir un cocodrilo.

—Babe…

—¡No me llames así! Te he oído llamar baby a tu novia. No me gusta. Tú ya no puedes llamarme así. Mamá, papá y los abuelos, sí. Pero tú, no.

—¡Bárbara, que me des las llaves!

—Vete andando. Mira. Aquí Wendy lleva un lazo azul. ¿Me vas a comprar un lazo azul?

—Te compraré lo que quieras si te portas bien y me das las llaves.

—¿Para qué las necesitas?

—Cosas de mayores.

—Yo nunca voy a ser mayor.

—¿Ah, no?

—No. Y tú tampoco. Como Peter Pan. Todo lo pone aquí. ¿Me lo lees?

—Barbie, me estás cansando. Vas a ir a mamá.

—Me da igual.

—Pues te va a castigar.

—No me va a castigar. Pero, si me pegas para que te de las llaves, me chivo y te castigará a ti sin salir.

—No voy a pegarte. Dame las llaves, porfi.

—Te las doy si me lees el resto del cuento.

—Tengo prisa, no puedo. ¡Dame las llaves de una vez!

—Campanilla es muy bonita. Voy a pedir un hada para los Reyes. Un hada y un cocodrilo.

—¡¡Mamá!!


5 respuestas a “Del tic-tac y las llaves

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