Encajando
Precioso poema de Gema Albornoz

Cuando yo era, aún no estabas. Ahora que estás, casi ni soy. Te acercaste a mí. Cambiaste. Y transformaste todo a tu favor. Y ahora, parece que me estoy acercando yo. Gema Albornoz
Encajando
Recomendamos webs de ilustradores, fotógrafos, blogs de literatura, libros, eventos…
Cuando yo era, aún no estabas. Ahora que estás, casi ni soy. Te acercaste a mí. Cambiaste. Y transformaste todo a tu favor. Y ahora, parece que me estoy acercando yo. Gema Albornoz
Encajando
A veces pasa que un amigo tiene otro amigo que cree que se llevaría genial contigo; más o menos esa es la historia de cómo Elena Gromaz y yo nos conocimos.
Yo tenía un cuento: Lobo y el Pedro, y Elena tenía una manera mágica de ilustrar (y adora a los lobos ¿Qué más podía pedir?) Martes de Cuento nos reunió y fue un flechazo (en lo artístico y en lo personal).
Desde entonces hemos decidido hacer pareja artística recurrente, como podéis comprobar en la publicación de ayer: Conn, el selkie.
Podría deciros muchas cosas sobre Elena como persona (que es más maja que las pesetas, que es una buscadora incansable de proyectos y que se ilusiona con el vuelo de una mariposa), pero hoy quiero hablaros de su trabajo como ilustradora, para que podáis disfrutar de sus dibujos (con artes tradicionales o digitales) a través de su web o su Behance, en el que descubriréis que no solo ilustra para niños, aunque le encanta.
Al margen de Elena, o de la persona que hay detrás de las manos de Elena, a mí me enamoraron sus líneas y sus colores. Ese desenfado que pone de buen humor con solo ver sus dibujos; no sé cómo consigue decir tanto con tan poco (aparentemente).
Hoy, dejaré que sean sus obras las que hablen por mí (y por ella), porque lo hacen de maravilla.
Daos un garbeo por su Facebook o su Pinterest. Os aseguro que saldréis con ganas de más.
¿Quién dijo que los chicos no sufren por amor? ¿Que no se comen la cabeza?
No es que me guste que la gente lo pase mal, pero, puestos a romper estereotipos de género, creo que este es importante y Alfonso Casas lo refleja a la perfección.
Si dije de Sara Fratini que me gustaba su forma de reflejar a las mujeres, lo mágico de Alfonso es el viaje hacia la intimidad y las inseguridades que, sí, también afectan a los chicos, como el protagonista de su comic “El hombre sin alma”.
Encuentro arrebatadoras las ilustraciones que comparte en su Instagram y Facebook, la mayoría basadas en mensajes y frases que, sin embargo, no pierden su esencia pictórica.
Os recomiendo que os paséis por su blog y que echéis un vistazo a sus redes sociales; no os va a dejar indiferentes.
Por cosas de la vida, Mónica y yo nos conocimos en un concierto. Quizá no es el sitio más esperable para que coincidan una fotógrafa y una escritora, pero supongo que tampoco resulta tan extraño.
Gracias a las fotos de aquel día, pude descubrir su trabajo y me enamoró al instante.
Tiene una espontaneidad que traspasa el blanco y negro de la mayoría de sus fotografías. Mónica no retrata momentos, retrata emociones, la vida misma; y a veces su propia vida, su propia percepción de su persona en un reflejo, casi siempre con la cámara como barrera, pero de forma íntima, sensible. Esta gijonesa nos descubre un trocito de cada sitio que pisa, de cada cosa que ve y nos deja formar parte de su forma de ver el mundo, que se vuelve un poco más bonito a través de su objetivo.
Os recomiendo que os deis un paseo por su web y su Instagram. Merece la pena.
Hablar de Sara Fratini es fácil y complicado al mismo tiempo. Me consta que es una artista reconocida a nivel mundial, pero eso no quita para que sea una persona cercana. Pertenece a esa generación de ilustradoras que se han abierto camino en los últimos años, cuyos trabajos se hacen reconocibles en un instante, como Agustina Guerrero, Pedrita Parker, Ana Belén Rivero, Moderna de pueblo, Ana Oncina… A algunas las conoceréis seguro, y si no, calma, que ya os hablaré de ellas.
Sara me tiene fascinada desde hace mucho tiempo. Sus protagonistas, aparentemente sencillas y reales, suelen cautivar a muchas mujeres, no sé si porque se sienten identificadas o porque su sencillez deja que nos centremos en cómo son por dentro. Sí, por dentro. Echadle un ojo a sus libros sobre Martina y entenderéis lo que os digo.
Son ilustraciones en blanco y negro, si acaso una pincelada de rojo en las mejillas o los labios, pero no falta el color; de hecho, hasta jurarías que están hechas a todo color. Tal es la magia de Sara. Con cualquiera de las viñetas en su Instagram, el espectador se ve reflejado.
Sin embargo, desde mi punto de vista, puede que su mejor trabajo sean los murales. Paredes enteras con sus personajes, con su mundo, que no deja de ser el de todos y cuyo talento contribuye a hacerlo un poco mejor.
Podéis seguir su trabajo en la web de Sara Fratini, o en cualquiera de sus perfiles sociales (Facebook y Twitter).
Estoy convencida de que no os dejará indiferentes.
Hablar del blog (en inglés) Edge of Humanity Magazine, no es hablar de una revista de fotografía, es hablar de las mil historias que encierran los posts dedicados a diferentes artistas, tendencias, experimentos fotográficos y a cómo se puede retratar un estilo de vida con una cuidada selección de imágenes.
Lo que más me llamó la atención de este proyecto fue la sensibilidad de sus temas, que van desde retratos a paisajes, muchos de ellos con un alto contenido social. Son, sin duda, una ventana al mundo; no solo a los instantes recogidos, sino a las vidas de aquellos que aparecen en las fotos y también de aquellos que decidieron mostrárnoslas.
Por si esto fuera poco y, al margen de la vertiente más visual de la revista, dedican toda una sección a la poesía, en forma de Haiku.
Os recomiendo encarecidamente que visitéis su página: Edge of Humanity Magazine
El trabajo de Raúl me asaltó (así, en plan bandolero) durante la Feria del Libro de Sevilla de 2016, y no pude resistirme.
¿Cómo iba a hacerlo cuando la portada azul de “Érase” me miraba con ojitos y me contaba una historia sobre las palabras?
Si a eso le añadimos que Raúl estaba allí, firmando ejemplares, el botín estaba asegurado.
He de decir que lo que más me fascina del trabajo de Guridi es su uso incansable del azul, a priori un color triste, para convertirlo en algo tierno y divertido. Por no hablar de sus personajes híbridos y entrañables que arrancan una sonrisa nada más verlos.
En su haber: varios libros para niños (y no tan niños) propios o acompañando la historia con sus ilustraciones; carteles y diseño.
Podéis seguirle en su web, el blog y en Facebook.
Este es el último viernes de septiembre y, como prometí al recibir el nuevo curso del salmón, toca descubriros a uno de esos ARTISTAS de lo visual.
Conocí a Emma a través de Martes de Cuento donde dejó, primero, algunas de sus ilustraciones y, después, puso color a cada uno de los cuentos que conforman “Pasaje a Isla Imaginada”. Pero en su portfolio encontraréis mucho más: cómics, murales o retratos. Os recomiendo sus trabajos en tinta o acuarela.
Si queréis echar un vistazo al trabajo de Emma podéis visitar su página web, o seguirla en Facebook, Twitter e Instagram.