LA BESTIA INTERIOR
El experto en acústica biológica decidió catalogar cada sonido que hacía su estómago.
A veces era como el crujir de la madera de un barco en medio de la más terrible de las tempestades; otras como un nido de cocodrilos recién nacidos llamando a su madre y, las más, como el rugido de un león a punto de devorar una cebra.
Acudió asustado al médico el día en que le despertó a medianoche la llamada a la caza de una ballena asesina.