Blancanieves
24/02/2015
Mordió cada manzana del frutero hasta caer dormida. No hubo príncipes azules al despertar, pero el sueño fue reparador.
Mordió cada manzana del frutero hasta caer dormida. No hubo príncipes azules al despertar, pero el sueño fue reparador.
Engullía bombones de licor y rosas sin espinas con la misma facilidad que tragaba sables y masticaba bombillas. Era un faquir enamorado.
Empecé a escribir porque me di cuenta de que no todo podía ser coser y cantar.
Creía que deambulaba por calles vacías porque ignoraba la presencia de los fantasmas caminantes a su alrededor.