A los pies de una escalera
había tumbados dos perros;
uno, un mastín,
el otro, un podenco.
Naranjas los ojos,
naranjas los pelos.
A los pies de una escalera,
el mastín y el podenco
guardaban los escalones
que miraban al cielo.
Tumbados como esfinges,
naranjas los ojos,
naranjas los pelos,
el mastín y el podenco
con una escalera en medio.