Contra natura
Aquel dragón luchaba todos los días por no escupir fuego y se lamentaba por ello, deseando ser cualquier otra cosa antes que dragón.
Peleaba contra su naturaleza con tanto ahínco que, un buen día, se despertó sin la capacidad de abrasar con su aliento y sin alas, convertido en tiranosaurio.
Ahora todo su empeño se centra en evitar comerse las ovejas de los aldeanos.