Terminó la novela, la dejó con satisfacción sobre la mesita de café y salió al jardín para estirar las piernas.
Cuando regresó al estudio, el perro se había comido el manuscrito.
Terminó la novela, la dejó con satisfacción sobre la mesita de café y salió al jardín para estirar las piernas.
Cuando regresó al estudio, el perro se había comido el manuscrito.