CUBRIR LAS PISTAS

Cuando recogió la ropa tendida y logró recuperar la vista tras el repentino fulgor del sol sobre el blanco de las sábanas, le llamó la atención el reguero de huellas que huía del tendal, como si los fantasmas que las habitaban hubieran aprovechado la noche para escapar de sus vestidos y correr desnudos hacia el bosque cercano.


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