No me vengas con pamplinas
que tengo la piel
de salitre bien curtida
y, de vareado de olivares,
traigo las costillas molidas.
Yo soy heredera de Lorca,
de mujeres en armas levantadas,
y no ha nacido malnacido
que me doblegue el alma;
y, ni que te coma a besos
da derecho a puñaladas,
ni abrir las piernas
me hace perder las alas,
que yo he sostenido la tierra
para que otros no la robaran.