Le prometo a cada amanecer que nunca estará falto de letras.
A cada niebla, que buscaré entre sus brumas nuevos mundos.
A la lluvia, que la miraré con nostalgia y guardaré su aroma.
Y le prometo a cada luna, ya sea entera, creciente o menguante, que nunca le faltarán sueños míos que guardar.
¡Fantásticos propósitos! 😉 Ojalá se cumplan todos en 2016.
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