Ya te estoy echando de menos
y aún no te has ido;
sólo noto el frío de tu ausencia,
un hueco en blanco en el escenario,
el vacío de tu voz en el aire,
el nihilismo de tu mirada en un retrato,
la falta de tu nombre en el papel.
Y, de todo, lo que más me duele,
es tu no ser parte de mi vida,
esa huida a lo cobarde
de la última oportunidad, la mía,
para dar lo que te debo:
media vida, una sonrisa,
y un alma eterna que te espera,
otra vez.
… media vida, una sonrisa y un alma eterna…» Eso es casi todo lo que tenemos.
Precioso!!!
Besetes.
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Maria, me sonrojas
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Pues no te sonrojes.
Solo digo lo que siento al leerte.
Más besetes, linda
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Tranquila, en un salmón unos tonos más de rosado pasan desapercibidos 😀 😀
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