Y la columna de granito, tras siglos de cargar con el peso de la catedral sobre sus hombros, se descubrió una mañana incipiente tallo verde en medio de un bosque.
Y le gustó.
Y la columna de granito, tras siglos de cargar con el peso de la catedral sobre sus hombros, se descubrió una mañana incipiente tallo verde en medio de un bosque.
Y le gustó.
Me acabas de recordar al pobre Atlas sustituido por Hércules. Pero no tuvo final tan feliz.
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