A mí,
que las lunas no me alcanzan
para besarte los párpados.
A mí,
que se me hielan las plantas de los pies
mientras te busco.
A mí,
que se me desgarran los quejidos
de gritar tu nombre.
A mí,
no me queda nada más que tú.
A mí,
que las lunas no me alcanzan
para besarte los párpados.
A mí,
que se me hielan las plantas de los pies
mientras te busco.
A mí,
que se me desgarran los quejidos
de gritar tu nombre.
A mí,
no me queda nada más que tú.
Pues sí, mira, que quererse a uno es importante, y más si andas por ahí desesperado buscando a tu otro.
Estas palabras me las dedico a mí, ¡ea!
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