Todos tenemos días malos de esos en que levantarse requiere un esfuerzo hercúleo, un acto de voluntad extrema. La noche en vela pasa factura, el estrés de la semana, las carreras en el trabajo, al salir del trabajo; en sueños, incluso, siempre corriendo.
Todos tenemos días malos, hasta los superhéroes, y por eso, hoy, Superman se ha puesto los calcetines de lana y yace bocabajo en su cama, tan calentito, mientras las cabinas de teléfono no saben qué hacer.
La verdad es que tiene «motivos» para estar «desmotivado». ¿Por qué la tecnología le ha dejado sin cabinas? ¿Adónde se cambia ahora el pobre?
Normal que no quiera salir de la cama.
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