DE GUÍAS

Hace tiempo que aprendí que las cosas se tuercen cuando menos lo esperas. Por mucho que endereces el árbol, siempre hay una rama díscola que busca lejos el calor del sol y rompe la armonía de tu erecta obra con una horizontal maliciosa que recuerda que la naturaleza, así como el destino, no se pueden gobernar.


Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.