Texto presentado para el Taller de Literautas.
La única premisa era que su título fuera «La maldición», además se añadía el reto de escribirlo sin una sola «t» y yo tiré de experimento y, por qué no decirlo, un poco de mala idea.
Acongojado, más bien vencido,
se hallaba el gallo en un rincón.
El día había pasado
cumpliendo con su función
y ahora ya no podía
ni decir “cocoricó”.
Incluso el pico le dolía,
ya no hablemos del espolón.
Y su cola, ayer colorida,
había perdido el fulgor.
Por cansado que se viera,
no habría descanso, no.
Cerró los ojos y ,en sueños,
claro el recuerdo acudió
del aviso que le diera
el gallo al que sucedió:
«Ve con cuidado, mi amigo,
que aquí hay una maldición;
pues, para un solo gallo,
demasiadas gallinas son.»
Muy divertido, queda renovada la sentencia. 😉
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Muy bueno! no pude participar en el reto de «La maldición» por falta de tiempo
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¡¡Geniall, genial!! 🙂 Me ha recordado las poesías satíricas del siglo de oro 😀 😀 😀 😀
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Me voy a sonrojar toda, con esos piropos que me echas. ;P
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