El que nace lechón…
¡Qué maravilla estrenar corazón! Se siente como nunca, ha subido las escaleras del metro de un tirón.
«¿Qué es eso? Um, un charco, se ve tan bonito. Qué barro más llamativo.»
—¿Decías cariño?
—Oink.— “Me duele la rabadilla.” —No tires las mondas de la patata, que me hago una ensalada. Oink
«Qué charco tan majo, voy a meter los pies. Oink, oink.»
—Mire a ver, doctor, que mi marido hace cosas raras.
—Los trasplantes es lo que tienen, pero no hay rechazo. ¿Cómo se encuentra, señor López?
—Bioink
—Lo que yo digo, hay que esperar.
—¿No le nota más chato?
—Yo diría que no.
El señor López hoza los informes médicos.
—Cariño, vámonos a vivir al campo, con el barro, con los charcos.
—¿Pero usted le oye, doctor? Que se quiere ir al campo.
—El aire limpio le hará bien.
—Oink.