Le fascinaba la gente que, silbando, era capaz de imitar el trino de los pájaros, cuando todos sus intentos se quedaban en el ruido del viento colándose por las rendijas de una ventana; pero decidió que el sonido del viento también tenía su encanto.
Le fascinaba la gente que, silbando, era capaz de imitar el trino de los pájaros, cuando todos sus intentos se quedaban en el ruido del viento colándose por las rendijas de una ventana; pero decidió que el sonido del viento también tenía su encanto.
Hay que saber aceptar la derrota y disfrutar de lo que tenemos.
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El viento espanta a los pájaros así que además de su encanto tendría sus ventajas en madrugadas de insomnio. Sería como la tijera que le gana al papel
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