Cuántas veces vi de tu mirada
tu sonrisa caer en llanto,
como alma vieja apuñalada
ve brotar la sangre con espanto.
Y, entre mis dedos,
margarita deshojada
que perece con el canto
que ave negra, en la alborada,
grazna al viento.
Cuántas veces vi de tu mirada
tu sonrisa caer en llanto,
como alma vieja apuñalada
ve brotar la sangre con espanto.
Y, entre mis dedos,
margarita deshojada
que perece con el canto
que ave negra, en la alborada,
grazna al viento.