Lamentaría morir mañana
sin haberte robado otro beso
y quizá algo más;
taparme con tu cuerpo,
dejarte caminar por mi interior.
Darte lo poco que me queda;
eso que las lombrices de tierra
no pueden entender,
que los peces de ría
prohíben por infectos;
los peces no sienten
sólo fluyen donde el agua los lleva.
Pero yo soy caballo libre
corriendo por la tierra,
toda pasión y sentimiento,
y tú, brida alrededor de mi cintura
que subes a mi espalda
sólo porque yo me dejo.
Y crees dominar mi alma
porque comprendes al mirarme;
aunque yo soy indomable,
indomable como el tiempo.
🙂 «Eso que las lombrices de tierra no pueden entender» Una de esas frases que lees y piensas: ¡ojalá la hubiera escrito yo! ¡Aplauso! 🙂
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Gracias. Me sonrojas ;p
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😀 😀 En un salmón no se nota apenas.
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Un poema precioso, Aurora.
Besetes de lunes anochecido.
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