Creí que haríamos juntos un trocito del camino,
yo zorro, tú gaviota,
y olvidé que las gaviotas tienen miedo de los árboles.
Yo soy la que quedó desnuda sobre el hielo
entre el viento frío de los árboles,
yo, la que se desplumó las alas
para que tuvieras una almohada sobre la que dormir.
Y soy la que se arranca la piel a tiras
para deshacerse de este abrigo inútil
y dejar libre el alma para que vuele como pájaro,
quién sabe si al otro lado del planeta.
Excelentes ambos poemas. Quizás el primero me pareció más sugerente y el segundo más dirigido por el autor, si bien muy hermoso.
Saludos Aurora
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