Sin vergüenza, avergonzado,
con lo que tenía, compuesto,
más que planta, más que árbol
se sentía como tiesto.
Por probar todo, probó alas
y no despegó del suelo;
las tornó branquias y escamas
y se ahogaba en charcos secos.
Decidió, más bien dictaron,
un destino más austero.
Y, al final, con piel de lobo,
se disfrazó de cordero.
Very nice and muy bonito… ¿qué más se puede decir?
Me gustaMe gusta
Hermoso, Aurora (: me has inspirado a escribir una canción.
Me gustaMe gusta
Jo, qué honor tan grande. Gracias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una gozada de poema. Un abrazo
Me gustaMe gusta
¡Vaya! Entro a tu blog a raíz del comentario que pusiste en mi relato del taller de Literautas («Muñecas», y, por cierto, muchas gracias 😉 ) y me encuentro con esta pequeña maravilla. Me encanta este poemilla, lo declaro oficialmente mi lectura preferida de la semana. ¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Gracias, Ginebra. A ver qué tal este mes en el taller, y espero poder darte algún texto más por aquí que te guste tanto como este.
Me gustaMe gusta
Lo inevitable
Me gustaMe gusta