Hubiera sido la tormenta de nuestras vidas si hubiéramos logrado llegar a tiempo a la estación de tren.
Los semáforos en rojo que frenaban mi camino, los charcos llenos de peces de colores que acaparaban tu atención por las aceras; no fueron sino señales de un futuro aún por escribir.
Se prometía un final de película, de esos en que la chica entra en el bar y se encuentra con él; empapada hasta los huesos, con su paraguas amarillo (quizá verde) dibujando corazones invisibles en el suelo de madera. El diluvio universal contra los cristales distorsionando el mundo exterior, todo convertido en una maraña de luces difusas que se escurren hacia el abismo; el olor a café recién molido y periódico atrasado.
Y ¿por qué no? La ilusión de bandeja de desayuno en la cama, con zumo de naranja y cruasanes con mermelada. Tu pañuelo de solapa y mi libro de Benedetti abandonados en un rincón, viviendo su propio romance a nuestras espaldas.
Al fin una historia de domingo por la tarde, para acurrucarnos en el sofá.
Pero el tic-tac no cesa, ni siquiera cuando llueve.
Yo corría, olvidando pasos de cebra, enterrando mis katiuskas en mares insondables. Tú esquivabas ancianas tocadas con bolsas de supermercado, apoyadas en bastones incapaces de abrir las aguas.
Si yo no hubiera prestado atención a la luz de las farolas reflejada en las estelas que dejaban los coches al pasar, el libro de poemas jamás habría resbalado de mis manos para hundirse, cual Titanic, en el peor de los fracasos. Si hubieras tenido el valor de inmolar el paraguas de aire inglés, tu pañuelo no habría volado en la esquina con un cambio de viento, emulando a un paracaidista en su gran salto final.
Pero ¿cómo reponerse ante un islote de papel mojado? ¿Cómo recuperar la dignidad sin mortaja donde guardarla?
Si no nos hubiéramos rendido, habría sido la tormenta de nuestras vidas.
Y el caso es que nos rendimos; nos rendimos a dos manzanas de la estación de tren.
¡Ánimo! Para el próximo número seguro que sí te publican. Un beso!
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Wow, nena!!! Muy gráfico, me encantan las imágenes que vas creando!!! Sobre todo ese romance: pañuelo de solapa/libro de Benedetti!!! Genial!
Besotes
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Ese era un pequeño guiño a l@s poetas del mundo (tú incluída).
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Compañera de rechazo jaja a mi tampoco me han elegido. Creo que mi tematica era demasiado oscura. De tu relato que te digo que no sepas? Hijo de la luna.
Un beso.
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Pues el listón debe de ser muy alto para que éste no pasara la criba, porque a mi me ha encantado. Un abrazo Aurora y, como bien dices al inicio de la entrada, que el ánimo no decaiga.
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Me consta que el listón está altísimo, por eso me encanta esa revista. Y además, así, resulta menos frustrante. A ver si las musas me son propicias para la próxima.
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Muy bueno… pero llámame crítico o Christo Mejide… era obvio desde el principio… qué no quita para que sea precioso. Pero ahora lo obvio se esconde tras Esperanza Aguirre y prefieren que no haya paraguas, ni katiuscas, ni cristales empañados… Son más modernos… digo yo???
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Escribir un relato ya es un todo un éxito, Aurora. Y nunca olvides que todo rechazo supone que el siguiente relato será aún mejor. Un abrazo
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Gracias por los ánimos, David. Te doy la razón, esto solo sirve para mejorar y echarle más ganas al tema.
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